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La atención al presente basada en mindfulness y salud
Desde hace años las personas se quejan y sufren de ansiedad, insomnio, depresión, cansancio, pensamiento incesante o viven bajo una fuerte sensación de presión – estrés. Por otro lado, hay un enorme consumo de medicamentos para aliviar estos síntomas. Les muestro a continuación un breve párrafo sobre este asunto y un enlace donde poder leer el informe completo de los datos obtenidos en España desde el Servicio de Atención Primaria. También algún comentario en artículos periodísticos que pueden ilustrar este tema.
Frecuencia global de los problemas de salud mental
El 27,4% de las personas asignadas a atención primaria presenta algunos de los problemas psicológicos o mentales recogidos en la CIAP2 bajo el epígrafe P-Problemas psicológicos. La frecuencia es mayor en mujeres (30,2%) que en hombres (24,4%), aunque varía con la edad: hasta los 19 años estos problemas son más frecuentes en los hombres y a partir de los 20 años en las mujeres, con crecimiento progresivo de la diferencia.
“…el gasto que ocasiona el uso desmedido de ansiolíticos y sedantes: en torno a 23.000 millones de euros…
En este mismo artículo del diario Publico (España) del 10.04.2021 sobre el consumo tan elevado de tranquilizantes, sedantes e hipnóticos, aparece lo siguiente: …El comentario de «vete al médico» que hizo Carmelo Romero, diputado del PP, en el Congreso de los Diputados cuando el líder de Más País, Íñigo Errejón, estaba haciendo una intervención sobre las necesidades de la atención a la salud mental en España es, para el catedrático de Psicología Antonio Cano, un síntoma claro de lo que está pasando: «Si nuestros diputados dicen que vayas al médico es que los problemas de salud se están resolviendo con fármacos». Y, a su juicio, lo que hace falta es otra cosa: «Nos falta mucha educación en emociones y en su manejo. De ahí viene todo esto», concluye”.
https://www.publico.es/sociedad/ansioliticos-espana-espana-pais-mundo-toman-tranquilizantes.html
Aqui tienen otro enlace con un resumen muy gráfico: https://www.rtve.es/noticias/20201010/ansioliticos-benzodiacepinas-consumo-adiccion-espana/2044003.shtml
En nuestras sociedades parece haber cada vez menos tiempo y menos herramientas para procurarnos un alivio a las tensiones o situaciones emocionales de la vida cotidiana. Desde una bronca hasta la temida soledad no deseada hay una cadena de emociones que muchas veces no sabemos digerir de forma sana y nos causan una suerte de indigestión que tarda en desaparecer, si es que lo hace. Las indigestiones emocionales difícilmente se curan solas. El tiempo no las cura, solo las archiva en algún rincón alejado de la conciencia mientras no aparezca un estímulo nuevo que la desempolve y la traiga nuevamente al primer plano de nuestra conciencia.
Como decía, la gente corriente con indigestiones emociones corrientes no tenemos herramientas que faciliten la digestión. Hasta hace muy poco no se consideraba de interés para la psiquiatría o la psicología a las personas “sanas”. Todo se ha centrado en los casos de graves trastornos. Este tipo de espacio “para los sanos” lo ocupó la religión con sus charlas con su dios y las confesiones y sus perdones. Parece que en estos años se recurre menos a esta herramienta, que requiere creer en esos dioses, y el ser humano está huérfano de claridad y de consuelo para sus malestares y desorientación.
El ser humano se apega con cierta facilidad a creencias de cualquier tipo en busca de coordenadas que le ofrezcan seguridad. Sin embargo, las ofertas que proceden del pasado no resultan tan atractivas para buena parte de la población que va perdiendo la confianza en religiones o políticas. Esta carencia de asideros argumentales y emocionales deja un sinsabor grande y silencioso, que para algunos aparece como desorientación y melancolía/tristeza, para otros como ira, como extremismos, como pasotismo, como individualismo y desconfianza general, como deseo de aislarse de los demás… Cada cual va buscando su camino, pero no parece que esté clara una vía que lleve a la fortaleza interior, a la comprensión de lo que le sucede y a recuperar la motivación intrínseca por la vida. ¿Qué pueden hacer todas estas personas de todas las edades? ¿Seguir tomando ansiolíticos, antidepresivos, sedantes? No se debería tomar por normal que casi un tercio de la población urbana viva diariamente tomando pastillas para dormir, para despertar, para animarse, para la gastritis o la diarrea crónica.
Salud: Mindfulness y Regulación Emocional
Una vez pregunté a un médico del aparato digestivo si no le parecía que muchas de esas afecciones eran somatizaciones de fuertes tensiones emocionales. Para mi sorpresa me dijo muy convencido:” Por supuesto que sí”. No dije nada más y salí de la consulta preguntándome ¿y por qué nos esperamos a estar ya con problemas orgánicos cuando el origen ha sido emocional? Pues porque no sabemos hacer otra cosa que aguantar. Nos parece normal. Nadie nos ha enseñado a cuidarnos de otra manera. Aún no hay una forma clara y generalizada para proporcionarnos cada cual los cuidados proactivos para la prevención de la salud. Nadie nos ha enseñado a detectar los pequeños síntomas de esas tensiones emocionales antes de que se transformen en una enfermedad incluso grave. Estamos mucho más habituados a no prestarles atención, a esconderlos bajo la alfombra hasta que no podemos más.
Si viviéramos en una isla desierta y, para sobrevivir, dependiéramos enteramente de conservar nuestro cuerpo y mente sanos, quizás estaríamos más atentos a las señales del cuerpo. No podríamos esperar a que alguien hiciera ese trabajo, nadie nos daría unas pastillas que nos anestesiasen. Puede que nos volviéramos más perceptivos a lo que nos sucediera, pues de eso dependería nuestra vida. Viviríamos pegamos a la satisfacción de nuestras necesidades más básicas y sagradas. Nos esforzaríamos por comer, descansar, estar físicamente seguros, no volvernos locos, por estar en forma para seguir adelante, por aprender a sacar partido a los recursos del entorno, quizás a disfrutar de las pequeñas cosas que nos sorprendiesen: un pájaro, el frescor del agua, un baño en un charco de agua clara. Me parece que no tendría sentido tener conflictos emocionales y en todo caso tendrían que ser muy cortos, pues habría que seguir buscando comida y aprendiendo más y más cosas. Los resolveríamos rápido para poder seguir adelante ligeros de equipaje.
¿Para qué hemos ido mentalmente a esta isla desierta? Para hacer juntos un experimento: imaginar que debemos sobrevivir solos y observar que haríamos con nuestra vida, nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestras motivaciones, nuestros objetivos. Para sentir que podemos mejorar nuestra vida por nosotros mismos. Para darnos cuenta de que, si la circunstancia nos apremia, podemos centrarnos y atender a lo importante. Para sentir que no precisamos pastillas para eso, sino centrarnos en reconocer las señales para observar lo que nos sucede y darle una salida coherente y meditada. Para sentir que podemos tener una vida más plena cuanto más dueños de ella nos sentimos y eso implica coger el toro por los cuernos y enfrentarnos a nuestros conflictos en lugar de huir de ellos falsamente.
Formas de hacer esto ha ideado la humanidad a través de los siglos. Hoy se va imponiendo la tendencia a prestarnos atención en lugar de simplemente ir por la vía de la reacción de escape rápido, ya sea ésta la pastilla, el alcohol u otros consumos de evasión.
Las vías hoy día pueden varias pero lo que comparten es la necesidad de aprender a ATENDER A UNO MISMO SIN CRITICA, CON INTENCIÓN DE PROFUNDIZAR EN UNO MISMO, DE GANAR INTELIGENCIA Y MANEJO DE LOS PENSAMIENTOS, LAS EMOCIONES, LOS IMPULSOS Y LA CONDUCTA. Cuando somos capaces de aprender a hacerlo, ganamos conciencia de lo que sucede dentro de nosotros, y por esto nos ofrece la vía de cambiar y de sentirnos capaces de hacerlo nosotros mismos. Podemos cuidarnos y tener una vida saludable.
Esta forma de prestar atención a lo que sucede aquí y ahora, dentro y fuera de mí, ha sido investigada en los últimos 30 años y se ha comprobado lo valiosa que resulta para el bienestar de la persona. En muchos países se ha introducido como un recurso más de la sanidad. En algún lugar de España se ha llegado a introducir como una materia del currículum de los alumnos de primaria con buenos resultados.
Beneficios de la Atención al Presente basada en Mindfulness en la Salud
Los beneficios que aporta la atención al presente basado en mindfulness tienen que ver con la disminución de la ansiedad, con la regulación del sufrimiento derivado de la depresión y del dolor. Así mismo, podemos hablar de la regulación emocional y el desarrollo de la ecuanimidad ante los eventos, el aumento de la capacidad de recuperación de situaciones de pérdidas o cambios. Podemos hablar también de la disminución de la reactividad que tiene que ver con la defensividad (enojo, ira, resentimiento, celos, envidia, venganza, etc.) así como del crecimiento de un estado emocional pacífico y comprensivo con los demás, junto con conductas altruistas y pro-sociales. Crece, asimismo, la comprensión de uno mismo que lleva directamente a comprender a los demás.
Cuanto más autónomos seamos, mejor nos sentiremos y más podremos hacer por nosotros y por los demás. Con este ejercicio de observación particular lleva necesariamente a una mejora de muchos aspectos de la salud emocional de las personas que concomita con la salud física y su percepción de bienestar y control sobre si mismo, cosa que disminuye la utilización de fármacos para resolver conflictos que la persona sería capaz de solucionar por sí misma.
Algunas investigaciones sobre las bondades del mindfulness pueden verse en esta página de nuestro sitio web: https://www.laatencionalpresente.com/investigacion-mindfulness/
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