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10 de junio Isa Quien guarda la llave de mi PAZ CORTO

Preguntas para autobservarme y aprender de mí.

Contribución de Isabel Hernández Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, España

 

Solemos relacionar el significado de la paz con tranquilidad o ausencia de violencia. Muchas veces, ante la ausencia de ruido exterior, alguien exclama “qué paz”.

 

En general, casi todas estas asociaciones son con elementos externos y, por tanto, parece lógico buscar la paz también en situaciones externas de tranquilidad, silencio y de relaciones fraternales libres de toda violencia. Si eso fuese así, no sería tan difícil llegar a la paz duradera. De acuerdo con este enfoque, nos estaríamos preguntando qué cosas nos harían estar en paz. Y siempre serían cosas externas de las que no tengo control.

 

Podemos preguntarnos de otra manera: ¿Quién nos impide estar en paz? Esta pregunta apuntaría hacia mí. Cuando respondo que yo tengo la llave para estar en paz, inmediatamente puedo preguntarme ¿qué puedo hacer conmigo para estar en paz?  Ese es un mejor comienzo, puedo aprender sobre mí, observar y cuestionar cuanta cosa pienso, siento, creo, deseo y cómo eso me condiciona y confunde mi percepción de mi vida.

 

Sólo observa en ti aquello que te hace sentir mal. En lugar de culpar de ello a otros o a las circunstancias, observa lo que ha pasado dentro de ti; se consciente de lo que has pensado, sentido, deseado o esperado y te ha hecho sentir mal. El que ha deseado algo que no se cumplió, fui yo. Igual que cuando he pensado que soy culpable de algo o he tenido expectativas que no se realizaron. ¿Quién siente enfado, envidia, celos, humillación u ofensa, decepción? Yo. Si yo soy el origen de mi falta de paz, será necesario que observe todo eso que puede sucederme y que depende enteramente de mí.

 

Créeme o no me creas, compruébalo en tu propia experiencia diaria. Observa lo que sucede dentro de ti y que hace que no estés en paz.