fbpx
20 de setiembre Isa No hay paz en el tiempo psicológico

Preguntas para autobservarme y aprender de mí.

Contribución de Isabel Hernández Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, España

Y puede que ustedes digan qué es eso de tiempo psicológico. Pues es sencillo. Le haré algunas preguntas y usted se dará cuenta: ¿Piensa usted bastante en las cosas que hizo o deberá hacer después? ¿Recuerda y piensa en lo que le dijeron y lo que respondió? ¿Imagina usted como será ese sitio maravilloso donde se va a sentir cómodo, relajado, sin preocupaciones? ¿Se preocupa por alguna cosa que le gustaría que no sucediera en el futuro?

Si has respondido a esas preguntas afirmativamente, te habrás dado cuenta de que piensas en cosas que ya pasaron o en cosas que pueden o no suceder. O sea, que estás bastante tiempo al día recordando o imaginando: en el pasado o en el futuro. A eso lo llamamos tiempo psicológico, un movimiento mental en el que estás como en un péndulo que se mueve entre el pasado y el futuro.

¿Sabes cuánto tiempo al día estás sin pensar en nada de eso? ¿En qué ocasiones estás sin saltar del pasado al futuro?

Muchas personas dirán que están siempre hablando consigo mismas sobre cosas pasadas o sobre posibilidades futuras. Casi no conocemos otra forma de estar. Suele ser bastante agotador, y aunque quizás creamos que estamos agotados por otra cosa -la familia, el trabajo estresante, la vida exigente- lo cierto es que el hecho de vivir tantas horas en ese parloteo mental pasado-futuro es lo más agotador que hay. He oído muchas personas decir “donde estará el botón para apagar esa voz que no me deja en paz”. Esa voz son mis pensamientos verbalizados, y son solo míos. No es alguien que está hablando en mi cabeza, aunque actuemos como si fuera algo que nos invade y de lo que quisiéramos alejarnos.

Si usted es una de esas personas cansada de ese parloteo pasado-futuro, dese un respiro. La forma de desconectar los pensamientos, es hacer deliberada y amablemente otra cosa. Me explico, prestar buena atención a lo que estoy haciendo, ya sea caminando, comiendo, conversando, trabajando, limpiando o cocinando. Hágalo con toda su atención e interés, como si lo hiciera por primera vez. Muy atento y relajado para hacerlo bien. Y no se olvide de usted mientras atiende! Observe cómo usted hace las cosas. Seguro que si lo hace así, va a sentir que rápidamente cambia su estado de ánimo y aparece la paz por una esquinita tratando de hacerse un hueco en su vida. Cuando estamos atentos a nosotros en el momento presente, la paz regresa. Hay que empezar, y hay que seguir prestando atención a lo que hacemos para que la paz decida quedarse en nosotros. La paz no se deja engañar fácilmente. SI sigo haciendo lo mismo, ella desaparece tan rápido como llegó.  Está en tu mano.