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4 de junio Pepe La vida ausente de mi mismo es la crónica de mis fracasos CORTO

Preguntas para autobservarme y aprender de mí.

Comentario de José Parés Pérez. Concepción, Chile

 

La vida es, aunque no siempre nos demos cuenta de ello, la obra más maravillosa del Universo. Nada sabría nada de la realidad que es, si la vida no se hubiera hecho presente. Tomar conocimiento de algo, lo que sea, es imposible sin la vida.

 

Si vivo y no me percato de que vivo, habré fracasado en la vida. No es intrascendente el que no nos demos cuenta que nuestra vida es posible gracias a todo lo que es. Darnos cuenta de lo que realmente somos todo y todos y vivir en consecuencia es la diana de la vida.

 

La condición ineludible para estar presentes en nuestra vida es el que nos pongamos atención.

 

¿Estamos presentes en nuestra vida? La respuesta a esta importante pregunta puede venir sólo de Ud. Nadie más está capacitado para contestarla pues se requiere estar presente en la vida para poder observar si estoy o no en ella, en mi propia vida.

 

Disponemos de una atención refleja, no intencionada, que nos permite darnos cuenta de  aquello que sentimos o percibimos, que nos hace pensar o actuar como autómatas. Ello nos lleva a vivir pasiva y defensivamente. Como los vegetales y la mayor parte de los animales y otras expresiones de la vida, vivimos pero sin capacidad expansiva o creativa, capacidad que sin duda tenemos al ser conscientes de nosotros mismos.

 

Ser conscientes de nosotros mismos es una capacidad que no siempre desarrollamos y que nos permite cambiar la atención refleja por una atención intencionada. El estar presentes en nuestra vida, el estar conscientes la mayor parte de nuestro tiempo, nace de una motivación intrínseca autogenerada. La motivación que nace de comprender que no estamos separados y que nuestras vidas son todo lo que somos. Los hechos y las necesidades muestran la realidad, no nuestros temores y deseos.

 

La Diana de la vida está claramente frente a nosotros cuando me he propuesto y practicado estar en mi presencia. Aceptamos la vida tal como es y caminamos atentos a que esto que soy y todos, vivamos lo que somos, seres conscientes de la vida. Lo que sea que nos saque de esa condición es el único fracaso posible.