¿La PAZ interior nos cambia la mirada?
Contribución de Isabel Hernández Negrin de Las Palmas de Gran Canaria, España
Hay formas de “mirar” que tienen efectos. Mirar de manera afectiva, mirar de forma severa, mirar con expectativas. Haz ese ejercicio solo para ti ahora mismo. Solo imagina que miras a alguien o algo de forma afectiva positiva y luego ve cambiando la forma de mirar cómo te propuse más arriba.
Si lo has hecho habrás notado la diferencia y habrás notado sobre todo los efectos que cada mirada tiene sobre ti mismo.
Cuando uno aprende a mirar con amor (sin expectativas ni etiquetas o clichés) hay paz dentro de uno.
Cuando miramos con expectativas – y por tanto comparamos y deseamos que algo sea de una cierta manera – no estamos en paz, hay tensión y deseo de que las cosas salgan como yo quiero.
Cuando miramos con severidad, es difícil que haya paz y por supuesto no hay amor.
¿Pero de dónde sale la mirada? Esa mirada está dentro de nosotros y si has hecho el ejercicio quizás te diste cuenta de que la mirada y sus efectos dependen por completo de ti. Por fortuna, uno recoge según lo que siembra y así podremos decidir sembrar algo mejor para todos y para ti.
Recuerda que esa siembra es dentro de ti y nunca es un forzarte a ser bueno. Sólo se trata de quitarnos de dentro las “miradas” que nos llenan de violencia y tensión y que luego exportamos a todo el mundo. Empecemos por ponernos en remojo y ablandar severidad, control, tensiones, perfeccionismo, etc…todo eso que no produce paz.
Aunque te adelanto que no te será fácil, también te aseguro que es de las pocas cosas que vale la pena hacer.
Hoy te propongo que te fijes en el tipo de mirada que tienes sobre distintas circunstancias y veas qué efectos produce en ti y quizás fuera de ti.