#Preguntas para #autobservarme y #aprender de mí.
La BONDAD no es una META sino un ACTO de UNIDAD INTERNA
Contribución de Isabel Hernández Negrin de Las Palmas de Gran Canaria, España
Muchas personas han sido educadas u orientadas a cultivar ciertas virtudes, como la bondad, la honradez, la misericordia, etc. No suele decirse cómo hacerlo; como mucho les dicen que tengan a alguien como referencia a imitar. ¿Es posible imitar la conducta de alguien bueno para llegar a ser bueno?
Parece que imitar la conducta visible, externa, es posible, pero si por dentro no hay bondad, no es tan fácil que la bondad aparezca de forma natural.
La bondad, así entendida, se convierte en una meta, algo a conseguir en algún momento futuro, si cumplo con algunos preceptos y condiciones en mis acciones, sin evitar cumplirlas o engañarme para incumplir. Si no cumplo adecuadamente aparece el sentimiento de culpa por no haber hecho lo que “debía” para llegar a la meta.
De esta manera estamos generando más violencia interna: porque no nos creemos buenos y porque, además, no cumplimos y nos desviamos en nuestros actos.
Las virtudes “de toda la vida” no se cultivan porque sí. Nadie nos puede ordenar vivir de acuerdo a ellas, porque eso implica reprimir sin comprender, sin amor, lo que nos impide sentir bondad o cualquier otra virtud.
Cualquier virtud sólo aparece cuando no nos maltratamos a nosotros mismos con imposiciones o metas de “llegar a ser”. Puede sentir bondad cuando no hay violencia en mi interior. Cuando yo no me odio a mí mismo, cuando no estoy en mi propia lucha interna, entonces, me surge no odiar e incluso sentir amor hacia otros. Pero para eso he de empezar conmigo, he de dejar de hacer juicios que siempre me condenan o me justifican por los pelos. Los juicios (pensamientos valorativos) suelen llevar un cierto grado de violencia que no nos deja sentir paz y sin paz no hay unidad interna, que es de donde surgen las llamadas virtudes, entre ellas la bondad.
Así que no persigamos “llegar a ser…”. Mejor será no enjuiciarnos con violencia y observar con amabilidad y buen humos para comprendernos y poder liberarnos de la pesada carga de las contradicciones internas. Después de caminar ese camino ya vendrán otras cosas. Pero no se pueden saltar los peldaños de 4 en 4. Tómatelo con toda calma. Cada paso es un instante, el primero y el último en ese momento, no hay que correr tras metas.
