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9 de octubre Pepe El sufrimiento hiere la vida

Preguntas para autobservarme y aprender de mí.

Comentario de José Parés Pérez. Concepción, Chile

 

¿Cuándo sufrimos los seres humanos? Sufrimos cuando somos víctimas de nuestro pensamiento compulsivo que nos culpa por algo que hicimos o dejamos de hacer en nuestro pasado o tememos a algo que creemos nos pueda suceder en el futuro.  El sufrimiento es hijo del pensamiento. El sufrimiento es una enfermedad de la vida. Nace cuando tememos que lo que deseamos poseer en la vida nos abandone. Muchas veces creemos, por la fuerza de nuestro apego, que nunca seremos tan felices como lo fuimos con una persona que se alejó de nuestra vida.

 

Todas, si las analiza detenidamente, son historias que nos inventamos mediante un pensamiento repetitivo que adolece de falta de claridad sobre nuestra realidad en el presente.

 

Frecuentemente confundimos los dolores físicos con el sufrimiento. La verdad es que no están necesariamente relacionados el dolor con el sufrimiento. El dolor propiamente tal tiene un origen orgánico y es un aviso de nuestro cuerpo para que pongamos atención a cómo estamos cuidando nuestro organismo. El sufrimiento, en cambio, tiene un origen eminentemente psicológico y es provocado, como ya lo sugerimos, por el temor, la culpa y otras actitudes no necesariamente relacionadas con un dolor y menos con lo que estamos viviendo realmente en el presente.

 

Desde muy pequeños en gran parte de este mundo, dada la cultura judeo/cristiana que nos envolvió, consideramos al sufrimiento como una expiación de nuestras faltas y cómo un acopio de méritos para un eventual juicio de nuestras vidas. Esa cultura es tremendamente dañina para la vida porque ha cambiado el sentido de estar en la maravillosa realidad que es la vida que nos proporciona el universo.

 

Definitivamente el sufrimiento lo inventamos con nuestros pensamientos y es altamente incoherente que permitamos que nuestra distracción de lo verdaderamente importante que es la vida, se nos pase sin conocer la armonía y el sosiego. El sufrimiento hiere la vida.