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20 de diciembre ISA El presente escenifica la vida en erupción

Preguntas para autobservarme y aprender de mí.

Contribución de Isabel Hernández Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, España

 

Cuando nos despertamos, abrimos los ojos y parece que todo sigue igual. Todas las cosas de la habitación están en su lugar, los ruidos son los habituales, mi familia o compañeros de casa, mi propia sensación de somnolencia es la de siempre, las plantas, mi perro o gato o pajarito… todo sin sobresaltos.

Sin embargo, si observamos un poco, casi nada ha estado quieto. Mi propio cuerpo ha tenido cambios, las plantas, las otras personas, los animalitos, los ruidos no son iguales ni los producen las mismas personas, incluso esa lamparita del reloj, es ahora más vieja que ayer, ya no es la misma.

La vida es un puro movimiento, todo está constantemente cambiando. Incluso aquello que a los humanos nos parece inamovible como las rocas, las montañas, los grandes árboles o los océanos. Todo está siempre modificándose.

Fíjate en algún elemento de tu entorno. Míralo como siempre lo haces. Luego obsérvalo atentamente, como si fuera la primera vez que lo ves. Sin pensar nada sobre él, observando su silueta, su forma y color, su volumen y su estado… sin pensar. Quizás sientas que todo tiene su movimiento, su constante cambio. Eso sólo lo puedes apreciar si tú estás atento en este mismo momento, el presente.