¿Dónde y cómo vivo el fluir de la vida?
Contribución de José Parés Pérez, Concepción, Chile.
El fluir de la vida es crecer. Nuestra razón de ser es el fluir para el perfeccionamiento de la especie mediante el proceso evolutivo general de lo que somos. Sabido es que lo que vivimos provoca modificaciones en nuetro ADN original, proceso conocido como epigenética. Nuestras experiencias vitales quedan registradas en nuestros genes.
Pero aunque no fuera de ese modo, vivir la vida en condiciones carentes de armonía, coherencia y sosiego, es malgastar la vida. Una vida sin atención a cómo me trato a mi mismo es doblemente dañino y en nada contribuye a un fluir sino a un resistirse a lo que la vida nos trae.
Por tanto, siempre y en todo lugar me atiendo intencionadamente para permanecer en condiciones de experimentar el fluir de la vida. La atención intencionada a las sensaciones que experimento en todo momento es la
única forma de estar en la vida para fluir en armonía.