¿Cuándo nos atendemos sin juzgarnos el ego pierde el control?
Comentario Isabel Hdez., España
Cuando actuamos de acuerdo a patrones sociales aprendidos, con mucha frecuencia, inspeccionamos a ver si estamos actuando como se espera de nosotros. Nuestro ego, esa parte de nosotros que cuida de nuestra seguridad juzga continuación si estamos dentro del molde o nos estamos saliendo de lo aceptable. En este estado mental, juzgamos todo de forma automática. Este estado automático no está interesado en percibir las cosas como son, porque nuestros criterios aprendidos ya nos dicen cómo deben ser las cosas. No precisamos atender, observar con curiosidad y mente abierta. Más bien al contrario, trato de ajustarme al molde asumido sin prestar atención a las ideas que me orientan, ni a las creencias a las que obedezco, ni dudo de mi conducta; creo siempre tener razón.
Sin embargo, cuando por algún motivo me lo propongo y observo, atiendo sin juicios previos a lo que sucede, y mantengo la mente abierta y curiosa, el estado mental cambia. Como si un nivel más profundo en mí tomara el mando y no se dejara llevar por el piloto automático. Entonces, aquel ego superficial y miedoso, cede las riendas y podemos disfrutar de una percepción diferente de nosotros mismos, con mayor paz y fortaleza, con mayor confianza.
Esos cambios los podemos hacer todos. Sólo necesitamos darnos cuenta de que estamos en un estado automático y decidir colocarnos en modo atento. Así de fácil.
La manera de estar en paz es la de renunciar a que nuestro ego lo controle todo. Quizás descubras en eso una gran fortaleza. Proponte observar hoy, por ejemplo, esos momentos en que tratas de controlar que las cosas se hagan como tú crees que deben hacerse. Observa los criterios, las creencias y supuestos que hay debajo de tu conducta automática. Adelante!