¿Buscamos el placer para huir de nosotros mismos?
Comentario de Isabel Hdez. Negrín, España
Seguro que les habrá pasado que han tenido un mal día y necesitan compensarlo con algo rico o agradable cuando llegan a casa. Para alguno puede ser comer un helado, para otros salir con amigos, tomar algún trago fuerte, comprar algún capricho…
Aunque esto son pequeños ejemplos pueden servirnos para ver ese mecanismo tan común pero tan invisible que es compensar una experiencia desagradable con otra que nos traiga una satisfacción del tipo que sea.
Cuando llegamos a casa con una sensación poco grata y hacemos algo para rebajarla estamos al mismo tiempo evitando meternos en esa sensación, sólo queremos sustituirla por una mejor.
En la vida de cualquiera suceden cosas importantes y también fuertes que nos dejan mal cuerpo, desorientados, desmotivados… Podemos tener entonces el impulso de huir de eso desagradable y hacer algo compensatorio. Esto lo hacemos hasta sin pensarlo mucho, es instintivo.
Nuestra propuesta es que si algo grande sucede en tu vida y quedas algo noqueado, en lugar de huir por la puerta trasera, presta atención a lo que sientes y al motivo por el que te sientes así. No critiques, no juzgues, no lo alimentes, solo indaga en ti serenamente. Cuando no huyes del sufrimiento con placeres compensatorios, tienes la gran oportunidad de comprender, de aprender y de adoptar otros enfoques que te harán cambiar esa sensación de la que querías huir, esa sensación que eres tú. Inténtalo.