Preguntas para autobservarme y aprender de mí.
Comentario de José Parés Pérez. Concepción, Chile
Si estoy dispuesto a observarme, lo que debo hacer es ponerme atención. Tengo que sentir que yo soy importante para mí. La verdad es que si yo no me quiero, si no tengo interés por mí, mi vida no es vida. Es algo que es difícil imaginar, pero sucede.
Desde pequeños aprendimos a querer todo para nosotros. El crecer nos enseñó que la vida consiste en convivir ya que sólo no podría sobrevivir. Todo ello nos encierra en una demanda exclusiva de lo material porque creemos que eso, lo material, es lo único que nos puede proporcionar placer y satisfacer nuestros deseos.
Lo que hemos aprendido es que queremos disponer de todo lo que nos dé satisfacción y nos quite el miedo y el temor ante lo que nos pueda suceder. Pero detrás de todo ello, no me he descubierto a mi mismo. Puedo estar, en el mejor de los casos, disfrutando de lo material pero estoy envuelto por el temor a perderlo; disgustado porque rechazo con frecuencia lo que inevitablemente me trae la vida; porque quisiera tener más influencia sobre lo que hacen y piensan los demás; etc. Lo material no sólo no me llena, adicionalmente me saca de mi presencia, del estar consciente de que no lo estoy pasando bien.
Puede que me de cuenta que no lo paso bien pero culpo de ello a los demás y no a mí mismo.
Atiéndete a ti mismo, no al que posee todo lo que teme perder, sino al que lo está pasando mal. Ese eres tu realmente, no tus cosas materiales, tus títulos o tu poder; ese que está molesto consigo mismo porque siente temor, porque quiere aún más, porque quiere ser exitoso, etc.
Pero trátate bien, ámate, no te enjuicies porque estás tan equivocado. Sólo así te encontrarás cara a cara contigo mismo. ¡Inténtalo!