¿Ser honesto es ser fiel a los hechos?
Contribución de Isabel Hernández Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, España
Muchas veces nos damos cuenta de que estamos defendiendo una postura con escasa honestidad, llevados solamente por el propio interés. Otras veces parece que no nos damos cuenta.
Hace pocos días estaba esperando que un semáforo se pusiera en verde para cruzar. Al otro lado de la calle había dos personas que también querían cruzar: una chica en bicicleta y un señor. La chica se impacientó y el señor la siguió y ambos comenzaron a cruzar antes de tiempo haciendo piruetas para salvar los coches que aún pasaban. Algún conductor le gritó a ella quejándose de la barbaridad que había hecho y ella, defendiéndose, le dice que el otro señor hizo lo mismo y no solo ella. Me quedé con la boca abierta por el comentario de ella. Parecía cosa de niños cuando se insultan y terminan con el “y tú más”. Ella sabía que había podido causar un accidente y, sin embargo, usó argumentos incoherentes para salir mejor parada ante ella misma.
Los hechos eran que habían cruzado antes de tiempo y había puesto en peligro a otros que iban correctamente por su camino.
¿Te reconoces en este tipo de acciones? Hacemos mucho estas cosas y nos dejan mal cuerpo y peor estado de ánimo. Estas reacciones defensivas nos las podemos evitar si estamos atentos a lo que hacemos y a lo que sentimos y somos honestos con los hechos. Esto es sólo un ejemplo, pero este tipo de auto-engaños se producen en muy variadas situaciones.
Descubre hoy si tienes alguna de esas conductas. Y ríete de tus argumentos para salir airoso. Ganarás muchas paz siendo honesto.
