fbpx
26 de setiembre Lidia Sanchez

Contribución de Lidia Sánchez de Las Palmas de Gran Canaria, España

 

Hace tiempo que he incorporado la atención al Presente a mi vida cotidiana. Para mí como para muchos de nuestros compañeros es una forma de vida.

Este año pude acabar un plan de formación técnico que me ha llevado tres años.

Fue realmente duro compaginar los estudios, el trabajo, la familia, así como el proyecto final y llevar a cabo las prácticas y… pero lo más grave fue abandonar mis prácticas de prestarme atención.

Sin lugar a dudas esto ha sido lo peor, ya que si bien cuando he acabado me he sentido satisfecha al obtener la titulación, me he sentido vacía y AUSENTE de MI MISMA.

Condicionada por los horarios y las obligaciones, renuncié a prestarme atención intencionada y a vivir mi PRESENCIA.

Los días, las semanas y los meses fueron pasando MINTIENDOME A MI MISMA CON LA ILUSORIA PROMESA de MAÑANA EMPIEZO DE NUEVO.

Un día noté que me alteraba interiormente, que mis pensamientos eran un bullicio, no me concentraba, cuando hablaba hasta se me olvidaban algunas palabras… (eso de que la tienes en la punta de la lengua) entonces me di cuenta que hacía mucho tiempo que no me advertía a mi misma, faltando a mi libre compromiso de SATISFACER LA NECESIDAD de acompañarme y atenderme. Me dejé arrastrar por las presiones y las exigencias de mis DESEOS

Creí que el hábito de atenderme lo podría retomar cuando me lo propusiese, pero como cualquier cosa que queremos interiorizar para que sea un hábito,  éste necesita entrenarse nuevamente.

Y aquí me encuentro, volviendo diariamente mi atención a mí misma, tomando espacios con las obligaciones diarias que a todos nos acontece. Olvidando además lo aprendido porque a pesar de saber que está, no tiene sentido recordarme o compararme con aquella persona que conocía  como se sentía, como pensaba…..porque eso pertenece al pasado, y no a quién soy y lo que soy ahora con este nuevo conocimiento de mí.

La atención al presente es constante y no acumulable, si desconectas asiduamente de ti el nuevo hábito adquirido será la separación de uno/una misma.

Es preciso equilibrar nuestras metas con la satisfacción de la necesidad de VIVIR ATENTOS A LO QUE VIVIMOS  para llegar al mismo tiempo y no quedarnos  AUSENTES DE NOSOTROS MISMOS en el camino.