¿Vivir ausente es una manera de no vivir?
Comentario de Isabel Hdez. Negrín, Las Palmas de GC, España
¿Recuerdas cuando caminas pensando en cualquier cosa sin gran importancia, como cuando vas soñando despierto? A veces vamos en un transporte y ni sabemos por dónde vamos y a veces hasta se nos pasa la parada en la que íbamos a bajar. ¿Recuerdas ese tipo de situación mental? Estamos como ausentes de lo que sucede, absortos en los movimientos de nuestros pensamientos. Estamos inatentos. Casi podría decirse que no estamos ni siquiera atentos a la película de los pensamientos, sino que estamos como hipnotizados por ellos. Si alguien nos preguntara en que pensamos, puede que no lo tengamos muy claro.
Pasamos grandes ratos de nuestra vida en este lamentable estado mental. Es como una no-vida, pues recordamos poco de lo sucedido en ese estado, ni tenemos la impresión de que suceda nada de interés en él. Actuamos mecánicamente, podemos respirar, sentarnos, levantarnos, subir y bajar escaleras, pero todo bajo mínimos.
Es una manera de vivir a medias, como si fuéramos una marioneta o un muñeco que va reaccionando a los estímulos que se encuentra con escaso control voluntario sobre sus acciones, o más bien reacciones.
La percepción personal de esos momentos es de cierto vacío, de pérdida de tiempo, no hemos hecho nada de forma consciente por voluntad propia y con un propósito concreto.
¿Cómo vivirás este día que se abre ante ti? ¿Dormido o un poco más atento?