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​¿Sufrimos por el hecho o por nuestro juicio sobre el hecho?

Comentario de Isabel Hernández Negrín, España

Nuestra respuesta a los hechos puede ser variada. Sin embargo, ¿qué piensas y sientes cuando algo no sale cómo quieres?, ¿cuándo alguien te defrauda?, ¿cuándo has tenido una pérdida o un gran cambio inesperado en tu vida?  He visto que la mayoría de nosotros, echamos las culpas de nuestro malestar al hecho catastrófico mismo, como si nosotros no tuviéramos ni un poquito de responsabilidad sobre cómo nos sentimos. Sentimos que el otro es malísimo, que el mundo es una basura o que tú eres un desastre o nadie te quiere. Y todo esto que sentimos y pensamos ¿de dónde ha salido? ¿Ha sido parte sustancial del hecho mismo o ha sido mi interpretación a partir de los juicios y creencias que yo he aportado?

Así sufrimos por partida doble: porque, en primer lugar, el hecho puede ser en sí impactante y, en segundo lugar, por cómo nosotros lo juzgamos.

Si un hecho impactante lo juzgo como una oportunidad de un cambio, será diferente en mí que si lo juzgo como la mayor frustración o decepción o golpe de mi vida y me siento tirado en el borde del camino.

Aparte de que hay hechos de todo tipo de intensidad en nuestras vidas, somos nosotros quienes le ponemos la salsa de nuestras propias creencias y juicios.

Puede que ahora mismo no veas el alcance de mezclar los hechos con las interpretaciones. Por eso te invito a que observes si hoy, por algún evento, sientes alguna pequeña o gran decepción, irritación, enojo, tristeza, entusiasmo… Observa cuanto tienen que ver tus juicios con lo que sientes. A veces pensamos cosas como “yo lo hice por su bien y así lo agradece”, “no me lo merezco, me ha hecho sentir fatal”, “yo la quiero y ella dice que acabemos con nuestra relación. Ya sacó lo que quería y ya se va”.  Estos son pensamientos que aparecen tras un hecho que nos desagrada. El hecho puede ser en sí neutro, pero lo que pensamos, juzgamos o creemos es lo que nos hace sufrir de verdad y puede que por mucho tiempo. Gana independencia de esos pensamientos que responden orígenes antiguos y quizás poco útiles ahora.

Proponte observar esto el día de hoy. ¿Sufro por el hecho o por lo que pienso sobre él?

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