¿Estar presente en cada paso es vivir consciente?
Comentario de Isabel Hdez. Negrín, España
Con “estar presente” se quieren mencionar ciertas facetas que incluyen la atención a uno mismo (no solo al entorno) y la suspensión de los juicios y supuestos sobre cualquier cosa que sea objeto de mi atención. Y la atención se focalizará en registros concretos que podríamos llamar percepciones. ¿Complicado? No te rindas.
Si yo atiendo y me percibo a cada paso, puedo observar lo que se cocina dentro de mí. A veces estaré contenta, otras enfadada, otras meditabunda, otras me percibiré lúcida, frustrada, dolorida, vital, ofendida, entusiasmada, temerosa, enjuiciando, opinando, asumiendo retos, motivada por ciertas acciones, y tantas cosas más. Si observo todo eso, me estoy convirtiendo en objeto de mi atención y eso me puede llevar a ser consciente de aspectos de mí que hasta entonces me eran desconocidos porque los notaba de refilón cuando sólo me espoleaban a comportarte de ciertas formas.
Cuando NO atendemos y percibimos lo que nos sucede, vivimos como empujados por impulsos que nos llegan como empujones por la espalda. No sabemos de dónde vienen, pero me llevan a actuar según su motivación profunda, invisible y casi accesible. Es decir, soy inconsciente de por qué hago lo que hago o me pasa lo que me pasa. Por consiguiente, no tengo comprensión ni lucidez para cambiar algo que me cause malestar.
Si algo de tu vida te causa malestar, no busques fuera. Observa dentro de ti: lo que sientes, piensas, los impulsos y lo que te mueve: qué temes o deseas. Si haces eso, podrás ser cada vez más consciente de ti y entonces, solo entonces, podrán aparecer transformaciones duraderas en tu vida.
No es difícil, pero hay que perseverar y pillarle la onda. Si lo haces sin esperar nada, seguro que lo pillas! Hoy puede ser un gran día. Pruébalo.
