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​¿Aceptarse es SER sin condiciones?

Comentario de Isabel Hdez. Negrín, España

Probablemente puedas recordar que a veces te miras al espejo y ves detalles que no te gustan de ti. A veces no son detalles físicos, pueden ser aspectos de tu carácter o personalidad. Que si soy débil de carácter o que no me aguanto la ira, que si soy tímido y me cuesta hacer amistades o buscar pareja o que no creo estar a la altura de algunas exigencias normales de la vida… Detalles de uno que no nos gustan, que no queremos aceptar porque nos mortifican.

Nos ponemos, de esta manera, condiciones a nosotros mismos. Es como si nos dijéramos: si fueses más desenvuelta entonces ¡que bueno sería!  ¿Te das cuenta de que estamos poniéndonos condiciones? Si … entonces…. Como eres tímido, o iracundo o torpe o poco ambiciosa… no te quiero, no te puedo aceptar.

Nos parece que no aceptando algunas de nuestras facetas, estas van a desaparecer. Falso. Cuando escondemos la basura debajo de la alfombra parece que no está, pero siempre estaremos preocupados por si asoma, pues nosotros sabemos que ahí debajo está. Sólo si las aceptas, sólo si no las rechazas, sólo si puedes decirte serenamente soy tímido, soy analfabeto, soy torpe en mis relaciones, me enfado con mucha facilidad… solo entonces pueden empezar a cambiar las cosas. Sólo entonces podré quererme, aceptarme sin condiciones.

Te propongo que hoy prestes atención serena y sin crítica a cuántas veces no aceptas algún aspecto de ti. Al principio quizás te cueste encontrar el sabor del propio rechazo. A veces está camuflado en las críticas que haces de otros. Observa lo que críticas en otros y observa qué tiene eso que ver contigo. Observa y cuando lo descubras, relájate, alégrate y trata de aceptarlo sin crítica. Recuerda… sin crítica. Ese es el mejor truco.

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